Si nombro películas como “La Cenicienta”, “Blancanieves”, “La Bella y la Bestia”, “El Diario de Noah” o “Titanic”, probablemente sean títulos que nos suenan a la mayoría de nosotros. Siguen un género romántico que, a pesar de que como espectador nos haga disfrutar mucho durante la película y nos encoja el corazón, ¿es una idea idílica y un poco irreal del amor lo que han acabado dibujando en nuestra cabeza? ¿Una cuestión de mitos?
Por desgracia, sí. Me declaro culpable de haber visto todas y cada una de las películas que he nombrado anteriormente, y es por ello por lo que puedo exponer algunos mitos que he podido observar en ellas, así como rebatirlos.
Mito: En alguna parte del mundo hay una persona que está destinada para nosotros.
Este famoso mito suele hacerse llamar nuestra “media naranja”. Este mito se aferra a la idea de que a lo largo de nuestra vida sólo nos encontramos con una persona que es ideal para nosotros, cuando lo cierto es que a lo largo de nuestra vida, por suerte, nos cruzamos, y vamos conociendo, a muchas personas con las que podemos conectar, o no.
¿No es fantástico saber que tenemos mil y una oportunidades de encajar con alguien con quien construir un vínculo sano, y que esa oportunidad de ser felices no se agota con una única persona?
Mito: El amor es ciego y todo lo puede
Este mito se sustenta en la idea de que si quieres a una persona, debes estar dispuesto o dispuesta a aguantar cualquier cosa en la relación.
La realidad es que en una relación sana existen límites y acuerdos establecidos por cada una de las partes que conforman la relación, y que hacen que, mediante el respeto a esos límites y la comunicación, ésta mejore cada día. Este mito puede causar que ante el primer problema que se presente, queramos o bien tirarlo todo por la borda, o resignarnos y aguantar cosas que no nos gustan.
Cuando en una relación aparece un problema, o algo que nos disgusta, lo más adecuado es sentarnos a hablarlo desde la asertividad y comprensión con nuestra pareja.
Mito: Los celos y las pruebas de amor
Los celos pueden ser indicativos de una cosa: de miedo y de inseguridad. Miedo e inseguridad a que esa persona se lleve algo nuestro, algo que nos pertenece. Lo cierto es que nuestra pareja no es una posesión. No es un objeto que es nuestro. Es una persona con la que hemos conectado, y hemos decidido compartir nuestra vida. Disfrutando tanto de los momentos en solitario como de los momentos en su compañía. Es por lo tanto un mito que los celos sean una prueba de amor.
Mito: Tener pareja pero también tener ojos
Enlazando este mito con las películas que he mencionado anteriormente, puedo decir que en la mayoría de ellas pasa una cosa; chico conoce a chica, ya no existe nadie más, y fueron felices y comieron perdices.
La realidad es muy diferente. Como ya he mencionado anteriormente, en nuestra vida vamos conociendo a muchas personas con las que podemos sentir afinidad, o que nos parezcan atractivos/as. Esto no quiere decir que no quieras a tu pareja, sólo que eres humano. En este caso simplemente se trata de tener presentes las reglas de compromiso que hayamos establecido con nuestras parejas.
Mito: La persona adecuada “nos salva”. Llena y complementa todos los aspectos de nuestra vida.
Quizá lo peor de este mito, es que vuelve a sustentarse en la idea de que en nuestra vida, sin una pareja, nos falta algo. De que tenemos que encontrar a alguien con gustos similares con quien disfrutar de las cosas que nos agradan porque va a ser mejor que hacerlo en solitario. Está muy bien tener al lado a alguien que te ayude, te apoye, y con quien disfrutar momentos o planes, no quiero decir lo contrario. Pero no lo necesitamos para hacer que nuestra vida esté completa, y llena.
Al final, nosotros mismos somos los protagonistas de nuestra historia y los responsables de nuestro propio bienestar.