El eje intestino-cerebro: como afectan las emociones a tu sistema digestivo

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El eje intestino-cerebro: como afectan las emociones a tu sistema digestivo

El sistema digestivo tiene el sistema nervioso entérico, también llamado el “segundo cerebro”, el cual está compuesto por más de 100 millones de neuronas. Este sistema se comunica constantemente con el cerebro a través del nervio vago, formando el eje intestino-cerebro. Esta conexión permite que las emociones influyan en la función digestiva y viceversa.

Emociones como el estrés, la ansiedad o la tristeza pueden alterar la motilidad intestinal, la secreción de enzimas y la composición de la microbiota, desencadenando síntomas como dolor abdominal, distensión, diarrea o estreñimiento.

Por ejemplo, el estrés crónico puede afectar a la función del nervio vago, lo que puede llevar a problemas digestivos cómo el síndrome del intestino irritable (SII), la dispepsia y la inflamación intestinal.

😟 ¿Cómo afectan las emociones al sistema digestivo?

Las emociones intensas pueden manifestarse físicamente en el sistema digestivo. Emociones como la ira, la cólera o la frustración se asocian con incrementos de la actividad estomacal, especialmente si no se expresan adecuadamente. Por otro lado, estados depresivos y el miedo pueden disminuir la actividad del estómago.

Además, el estrés tanto físico como psicológico es uno de los principales factores que afecta a nuestra microbiota y a la permeabilidad intestinal, produciendo una alteración que facilita el paso hacia la sangre de partes de bacterias, toxinas o alimentos a medio digerir, generando una cascada de inflamación que puede influir incluso en el estado de ánimo.

Esta relación entre intestino y emociones ha dado lugar al campo de la psiquiatría nutricional, que estudia cómo los cambios en la dieta o en la microbiota pueden modular la ansiedad y la depresión mediante los llamados psicobióticos que son unos probióticos que actúan sobre el eje intestino-cerebro (profundizaremos en próximos posts sobre este microorganismo y su relación con la salud mental)

🧘‍♀️ Estrategias desde la psicología clínica

Es importante saber que existe una autopista directa entre el intestino y el cerebro. Esta conexión bidireccional implica que lo que piensas y sientes puede afectar a tu digestión, y a su vez, el estado de tu sistema digestivo puede influir en tu estado emocional. El primer paso es tomar conciencia de esta relación para regularla.

Escucha tu cuerpo (y tu tripa)

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Aplica técnicas como el body scan (escaneo corporal) para aprender a identificar cómo se manifiestan tus emociones en el cuerpo –tensión, opresión abdominal, cambios en el apetito o tránsito intestinal–  para así anticipar desequilibrios. También te puede servir un diario de sensaciones digestivas y emociones para establecer patrones entre lo emocional y lo físico.

Regula tu sistema nervioso, activa tu nervio vago

El nervio vago actúa como puede entre el sistema digestivo y el cerebro. Realizar actividades como la respiración diafragmática, la meditación, el yoga suave o incluso cantar y tararear estimulan este nervio. Esto favorece la digestión y reduce la reactividad emocional.

Cuida tu microbiota: lo que comes también afecta cómo te sientes

La calidad de tu alimentación tiene un impacto directo con el estado de tu microbiota, la cual influye en la producción de neurotransmisores como la serotonina o el GABA. Puedes mejorar tu equilibrio emocional reduciendo alimentos ultraprocesados, añadiendo probióticos (yogur natural o kéfir) y aumentando el consumo de fibra.

Expresa tus emociones

La represión emocional principalmente de la rabia o tristeza, puede traducirse en síntomas físicos persistentes. Para ello se recomienda aprender habilidades de regulación emocional y comunicación asertiva, se ha visto en terapia que estas disminuyen el riesgo de cronificación de trastornos como el síndrome del intestino irritable (SII)

Recuerda: cuidar tu salud digestiva es también cuidar tu bienestar emocional. La conexión intestino-cerebro no es solo ciencia, sino una invitación a tomar conciencia corporal: a escucharte, nutrirte y reconocer que tu mente y tu cuerpo están muy ligados entre sí. Lo que ocurre en tu sistema digestivo puede ser un reflejo de cómo estás viviendo emocionalmente. Cultivar equilibrio emocional, respirar con calma y comer con presencia es también una forma de autocuidado y sanar desde dentro.

Referencias

https://revistas.umecit.edu.pa/index.php/sc/article/download/1616/2507/9170

https://www.psicopartner.com/intestino-y-emociones-una-fuerte-conexion

https://www.mindicsalud.com/blog/el-reflejo-de-tu-salud-emocional-en-tu-sistema-digestivo

https://psicologiaymente.com/clinica/nervio-vago-catalizador-sistema-relajacion

https://psicologiaymente.com/neurociencias/como-funciona-eje-intestino-cerebro

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