Normalmente en este blog traemos contenido de psicología explicando diferentes problemáticas: ansiedad, problemas de pareja, depresión… pero hoy te traemos algo distinto. Vamos a enseñarte un poco las tripas del proceso terapéutico -nada denso, no queremos que te aburras-, de cómo superar la cocaína con terapia y cómo procedimos para conseguir mejorar la situación de esta persona que acudió en busca de ayuda psicológica1.
El inicio
Laura es madre de dos hijos, uno de ellos llamado David. Acude a consulta compungida por la situación en la que se encuentra su hijo. David está en una situación límite, encerrado en su casa de Torrent -donde vivía con su ex pareja- consumiendo cocaína sin control, de manera solitaria.
No trabaja, no sale de casa, no realiza ningún tipo de actividad, solamente estar en el sofá y pasar el día consumiendo cocaína. Laura solicita ayuda para poder gestionar la situación y también para motivar a David a que entre en un proceso terapéutico que pueda ayudarle.
Comenzamos las sesiones para realizar el análisis funcional de la situación (no solo individual, sino también contextual) para poder tener una guía terapéutica.

La génesis del problema
Laura tiene un rasgo de personalidad (o patrón de conducta, para los puristas) que en ocasiones, puede tornarse un problema: aparentar que siempre está bien. Con ésto, Laura ha ido superando las vicisitudes y problemas que le ha ido planteando la vida, siempre poniendo buena cara, siempre mostrando una sonrisa.
Este patrón, ha hecho que Laura sea un miembro muy querido en su familia, reportándole amor y cariño, a costa de guardarse para si el sufrimiento, llevarlo por dentro.
¿Genética o aprendizaje?
Tanto David como su hermano han estado -y están- muy unidos a su madre, y esto ha hecho que sin querer -y entre otras cosas- hayan aprendido2 este mismo patrón, pero… digamos, como en una receta, han aportado su toque. El comportamiento en David, no es exactamente igual que el de Laura, es decir, David no trata continuamente de sonreír o estar bien. Pero sí ha aprendido a no expresar.
En David, este patrón, se tradujo o expresó en un exceso de evitación de situaciones difíciles, pero sin sonrisa. La sociedad lo entendería como cobardía o persona poco fiable. Básicamente, cuando la vida se complica, David calla y sale huyendo3. Esto genera un bucle de malestar, en el que David, cada vez, y a medida que se acumulan los problemas, va sintiéndose peor y peor.
Esto genera que el malestar se vaya acumulando, y así llegan los momentos de desborde emocional en los que David se ve superado por la situación, activándose la respuesta de evitación (consumo de cocaína) para poder tolerar el malestar interno.

Terapia con David: las claves
Como no podía ser de otra manera, el eje central de la terapia se centra en David. El caso (aunque no lo parezca) tiene buenos predictores que indican que hay altas probabilidades de que salga bien, uno de estos puntos es sin duda la actitud de David.
A lo largo de nuestra experiencia, hemos notado que buen predictor del éxito/fracaso de los casos es la actitud con la que llega el cliente/paciente a la terapia. La actitud (en todas las terapias, pero en las terapias con sustancias/cocaína especialmente) puede llegar desde un extremo negativo: “yo vengo pero que sepas que no creo en los psicólogos y que a mi no me hace falta” hasta el otro extremo positivo: “vengo porque reconozco que tengo un problema y voy a poner todo para solucionarlo”.
David viene con la actitud del extremo positivo, y sin duda fue algo que se notó desde el principio.
Existen otros factores que pueden ayudar a una buena adherencia, y siempre tratamos de ponerlos en marcha.
¿Por qué es tan importante el espíritu o actitud con el que se entra a terapia?
Una serie de meta-análisis confirman que la actitud positiva del paciente, específicamente su expectativa de que la terapia le ayudará (conocido como “expectativas de resultado”), es un predictor significativo y consistente del éxito terapéutico. Los pacientes que inician la terapia creyendo que será efectiva no solo se adhieren más al tratamiento, sino que forjan una mejor alianza con su terapeuta y, en última instancia, obtienen mejores resultados. La mente del paciente no es un espectador pasivo, es un agente activo del cambio.
La transformación de David: de la evitación a la acción
La terapia se centró en dotar a David de herramientas para afrontar el malestar: asertividad, gestión de emociones y un plan de ruta de recuperación. Por supuesto, las habilidades terapéuticas tales como acompañamiento, no juzgar y escucha activa también están presentes.
Se observa un progreso exponencial en su capacidad para expresar emociones y pedir ayuda, correlacionado con una drástica reducción del riesgo de recaída.


En pocas sesiones, David fue capaz de poner en práctica las herramientas proporcionadas, generando una mejora significativa de su estado emocional, psicológico y siendo capaz de gestionar situaciones que, en otro momento de su vida, le hubiesen desbordado. Por fin, la cocaína está quedando atrás.
El proceso paralelo con Laura
En ningún momento del proceso nos olvidamos de Laura. Paralelamente -y aunque el foco se centraba en David-, se realizaba un trabajo en sesiones individuales con Laura, con el ánimo de modificar el patrón “estar siempre bien”. Esta actuación resulta clave para que Laura influya de manera positiva en la recuperación de David, y de paso, romper/modificar una dinámica familiar disfuncional.
Cabe aclarar, querido lector, que no debe llegarse en ningún momento a la conclusión de que Laura generó o fue la causante de la adicción a la cocaína de David. Esta dinámica familiar es a todas luces insuficiente para generar un trastorno de ese tipo, y debe ser entendida y contextualizada junto a otra serie de factores.
El trabajo que se realiza con Laura también es significativo y potente:
- Romper el rol de “madre salvadora”.
- Diversificar afecto: su bienestar no puede depender del estado de David. El nucleo familiar va más allá de éste, y también merece ser atendido y disfrutado.
- Aprender a poner límites.
- Trabajar la culpa.
- Actuar de enlace con el entorno familiar: Aunque no se realizan sesiones en formato familiar, sí que se realiza psicoeducación con Laura de cómo actuar ante una potencial recaída, explicar cómo funcionan los procesos adictivos, trabajar asertividad, y comunicar con la familia el estado del proceso terapéutico, entre otros.
No debe llegarse en ningún momento a la conclusión de que Laura generó o fue la causante de la adicción a la cocaína de David.

Conclusión: superar la cocaína con terapia
Este es un ejemplo de lo que podríamos decir caso ideal. Que realmente no es el más común. Pero sirve para ejemplificar que a veces, hay que tocar, explorar e intervenir en detalles de la vida de la persona, más allá de la persona en sí. Analizar sus sistema y observar, ayuda en la mayoría de los casos a encontrar puntos clave que pueden desbloquear dinámicas negativas y positivas subyacentes en el contexto, para así permitir avances y romper bloqueos3.

Notas
- Los nombres de las personas que aparecen en el caso han sido alteradas, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. ↩︎
- El aprendizaje vicario, o aprendizaje por observación, es un concepto revolucionario en psicología que demuestra que no necesitamos experimentar algo directamente para aprenderlo. Simplemente observando las acciones de los demás y las consecuencias que estas tienen, nuestro cerebro extrae lecciones, adquiere nuevas habilidades y ajusta nuestro propio comportamiento futuro. Es el mecanismo silencioso que nos permite aprender desde cómo usar los cubiertos hasta complejas habilidades sociales, todo a través de la atenta mirada a nuestro entorno. ↩︎
- La reacción de evitación es una respuesta natural e instintiva que todos los seres humanos poseemos en nuestro repertorio de conductas, pero en el caso de David, esta respuesta está hipertrofiada, osea, la usa en exceso, incluso en situaciones que no sería necesaria. ↩︎
- En el momento que se escribe la entrada David lleva muchos más días de abstinencia de los que aparecen en la imagen (86+). La entrada no se ha realizado de manera contemporánea con el caso para proteger identidades y posibles identificaciones. ↩︎