cuidado de la salud mental del cerebro humano vector premium

Es una buena pregunta. Tal vez tan buena como compleja. Y a pesar de que es difícil de responder, al menos me gustaría aportar ciertas creencias realistas acerca de qué es la terapia, o qué puedo esperar de ella, porque cuanto más avanzo profesionalmente, y cuánto más me relaciono con los demás, más voy descubriendo que no todo el mundo conoce exactamente todo lo que implica la terapia. 

Para ello empezaré utilizando una experiencia profesional (aunque evidentemente sin contar explícitamente lo sucedido ni aportar ningún dato descriptivo sobre las personas implicadas):

El valiente inicio💪

Aún recuerdo el momento en el que “X” llegó a la consulta. Era la primera sesión. Cuando apareció por primera vez ante mi puerta ya estaba llorando, y la invité a sentarse en el sofá. Una de las primeras cosas que me dijo fue: “no quiero estar aquí, vengo porque me lo ha recomendado mi pareja”, y aclaró: “pero es que venir a terapia es muy difícil”. 

A lo que yo le respondí: “Tienes razón, venir a terapia es muy difícil. Es duro hablar sobre aquello que nos hace daño. Se remueven ciertas cosas, y eso es doloroso”. 🫂

Ella, al sentirse validada y comprendida, sonrió mientras lloraba, y me dijo: “Es verdad. Como si abrir el cajón de mierda fuera fácil”. 

Y no, no lo es. Y “X”, que se ha enfrentado a cosas muy duras, lo sabía bien. 

Ese proceso de “abrir el cajón”, aplicado a las cosas que te han hecho daño (y que probablemente actualmente también te hacen) en tu vida, es bastante complicado, doloroso y está lleno de altibajos. No es en absoluto un proceso lineal y que “sólo va cuesta arriba”📈, aunque evidentemente también tiene sus momentos de calma, celebración y refuerzo🥳, que son muy importantes. 

Se necesita, entre otras cosas, trabajo, tiempo, paciencia, compromiso y confianza en el proceso. 

descarga (1)

De la misma forma que cuando plantamos una semilla no esperamos que la planta o el árbol crezca al día siguiente, no es realista pensar que la terapia va a solucionarlo todo en cuestión de días.

Por todo ello, ¿que puedo esperar entonces, desde unas creencias realistas, de la terapia?🤔

Creencias realistas

▫️En terapia, lo más probable es que no consigas respuestas rotundas y decisivas en las primeras sesiones 

▫️No se suele hacer un “click” inmediato con el/la terapeuta. De hecho, construirás una relación de confianza a través del paso del tiempo y el trabajo continuo (como en cualquier otra relación), en lugar de que pase de repente nada más conoceros 

▫️No habrá soluciones rápidas ni transformaciones radicales de un día para otro

▫️No todas las sesiones estarán llenas de emociones profundas y descubrimientos intensos

▫️A veces te pasará que entres a sesión pensando que no tienes nada de qué hablar (algo totalmente válido, que no es un motivo para faltar, y que te permitirá ahondar en otros aspectos) 

▫️Unos días hablarás de temas dolorosos y complejos, y otros harás un resumen de tus últimas semanas y logros

▫️En alguna ocasión saldrá un tema muy importante en los últimos minutos de sesión y sí, lo más normal es que oigas a tu terapeuta decir que: “lo profundizaréis mejor en la siguiente sesión”

▫️Aunque no te resulte agradable, la terapia también conlleva que tu terapeuta te confronte con amabilidad, y te motive a tener más iniciativa y responsabilidad sobre tus problemas  (a pesar de que eso te asuste)

▫️Lo más habitual en terapia es que se produzca un proceso lento con saltos grandes de vez en cuando 

▫️Aprenderás habilidades y maneras de ver la vida y a ti mismo/a que te acompañarán para siempre, lo cual no quiere decir que nunca más vayas a estar mal (porque huir del dolor de la vida es inevitable y de hecho ese tampoco es el objetivo) 

▫️Estas habilidades y maneras de ver la vida y a ti mismo/a será algo que tengas que trabajar, practicar y automatizar tu (y solo tu). Ni tu terapeuta, ni tus personas cercanas e importantes lo pueden hacer por ti 

▫️En el proceso, el/la terapeuta probablemente te mandará actividades complementarias a la terapia para realizar en casa, que son importantes para continuar avanzando en tu proceso 

▫️Relacionado con lo anterior, en la terapia tendrás un papel activo de tu terapeuta, pero también se necesitará un papel activo por tu parte: tendrás que estar dispuesto/a a evaluar tus comportamientos de un modo objetivo y tener una actitud abierta a cambiar y/o modificar ciertas costumbres 

▫️Sí, en terapia te darás cuenta de que tu terapeuta no tiene poderes para quitarte el malestar con un chasquido de dedos, pero sí tiene los conocimientos como para ayudarte a implantar hábitos sanos en tu día a día que te ayuden a recuperarte de una manera eficaz, y a afrontar de manera diferente los futuros reveses de la vida 

▫️En ningún caso te sentirás juzgado/a por tu terapeuta, y si es así, puedes cambiar de profesional (aquí lo importante eres tu, y tu proceso) 

▫️Te encontrarás teniendo que tomar tú las decisiones, porque el o la profesional no lo hará por ti, sólo te ayudará a tomarlas de un modo responsable 

Pedir ayuda

La psicología, a pesar de ser una ciencia reciente, ha demostrado numerosos avances y éxitos. Sin embargo, todavía existen muchas creencias irracionales, desconocimiento o muchos mitos en torno a la terapia y a los psicólogos, de ahí el motivo de escribir esta entrada. Por no hablar de que, tal y como he mencionado anteriormente, ir a terapia conlleva un trabajo autónomo del que normalmente no somos conscientes.

Son muchas las personas que en algún momento de sus vidas necesitan acudir a un psicólogo/a, por lo que es importante normalizarlo cada vez más. Cuando nos encontramos mal, ir al psicólogo/a es una decisión acertada, responsable, y una muestra de amor propio. 

Si sientes que estás en una situación similar, no dudes en ponerte en contacto con nosotros. 🫂

fomo 2

¿Esto te resulta familiar?

Un sábado por la noche decides quedarte en casa después de una agotadora semana porque te apetece descansar. Quieres ver una peli o serie que te guste, o leer, hacerte una cena rica, o quedar máximo con una persona en casa para estar en un ambiente tranquilo. A pesar de que tus amigos/as te hayan dicho de salir. 

Lo estás disfrutando. Pero imagina ahora que, en algún momento, coges tu móvil, y te metes en redes sociales. Entonces ves que tus amigos/as han ido a algún bar que te gusta mucho, un pub donde sueles divertirte, o en definitiva, han hecho algún plan que te llama la atención, y además da la sensación de que se están divirtiendo bastante. 

En ese momento empiezas a sentir un poco de ansiedad. También inseguridad sobre si has escogido bien a pesar de que necesitaras descansar. Te empiezas a machacar pensando que tendrías que haber ido, que te has perdido ese plan, que no estás compartiendo eso con tus amigos/as… etcétera. 

Esto, ha sido denominado FOMO.

Y, ¿qué es el FOMO?

El FOMO (Fear Of Missing Out) por sus siglas en inglés, es el “miedo a quedarse fuera” o “miedo a perderse algo”, y está altamente relacionado con el uso que hacemos de las redes sociales, que entre otras cosas, han despertado en nosotros la necesidad de estar continuamente conectados, viendo, hablando, compartiendo, participando… para evitar perdernos algo, un comportamiento que ha aumentado los niveles de ansiedad. 

Al final el FOMO, a pesar de que es un término relativamente nuevo, primitivamente hablando no es más que el miedo a la exclusión, al rechazo, a no pertenecer a un grupo. Un miedo que está intrínseco en el ser humano, porque somos seres sociales. 

Solo que al introducir las nuevas tecnologías tenemos acceso a una información constante tanto del resto de personas como de qué están haciendo.

Ahora bien, ¿cómo nos afecta entonces en este miedo intrínseco añadir algo como las redes sociales?

¿Cómo puede afectarnos el FOMO y las redes sociales?

  • Puede generar un uso descontrolado de las nuevas tecnologías, por la necesidad de estar constantemente conectados/as y actualizados/as
  • Ansiedad al estar separados del móvil, perdernos algún plan, no poder compartir algo de lo que estamos haciendo, no tener batería,… etc. 
  • Un aumento de la comparación negativa con los demás y sus vidas
  • Una insatisfacción constante tanto con nosotros/as mismos/as como con nuestra vida 
  • Problemas de autoestima 
  • Sobrecarga de actividades en el día para poder estar en todo, con el consecuente cansancio de “correr de un lado a otro”
  • Dificultad para elegir unos planes antes que otros
  • Un incremento de la sensación de exclusión, aislamiento y soledad
  • Disminución de las habilidades sociales y de la interacción con los demás de forma física, presencial, sin una pantalla de por medio
  • Problemas de concentración
  • Aumento del estrés
  • Inquietud 
  • Problemas de sueño
fomo 1

La realidad de las redes

Ante esto, es importante recordar que cuando entro en redes sociales, lo que normalmente encuentro son los lugares o paisajes más impresionantes, los planes más divertidos, los barcos en la playa en verano, los viajes más extraordinarios, los mejores amigos, los triunfos…,. En conclusión, las imágenes más positivas. Como si la parte desagradable de la vida se suprimiese. Prácticamente nadie sube fotos llorando, la tristeza ante la ruptura con la pareja, la ansiedad al buscar trabajo, la discusión con un familiar, el conflicto con un amigo… Es más, cuando se ha dado el caso de que alguien lo ha hecho, ha producido cierta incomodidad o incluso ha sido juzgado. 

Por eso, hay que tener en cuenta que las cosas que vemos en redes sociales son pequeños fragmentos de la vida de alguien, no la totalidad, y además, a menudo, son momentos que están embellecidos, pasados por filtros, idealizados… Algo que está bastante alejado de la realidad, y la cotidianidad que acompaña realmente a nuestro día a día. 

¿Cómo podemos regular esto?

Tenemos que asimilar que cuando estoy eligiendo una opción, eso inevitablemente me lleva a “des-elegir” otra. Parece una tontería, pero la exposición a tanta información nos hace pensar que hay tanto “a nuestro alcance” que no queremos perdernos nada.

Pero esto es imposible. Vamos a perdernos muchas cosas en la vida, porque la única manera de no hacerlo sería aumentar las horas que tiene un día, o dividirnos en dos, y esas dos opciones, como sabréis, son inviables. Por no hablar de que si intento estar en todo y en todas partes sin que ninguna de estas dos opciones surrealistas me acompañe, vamos a acabar exhaustos y no vamos a disfrutar ni siquiera de los planes que se supone que están destinados para el ocio y a recargar nuestra energía. Seguro que muchas personas se sienten identificadas con esto último.

La importancia radica en aprender a gestionar esto para que la exposición a tanta información no nos genere ese nivel de ansiedad. Como prácticamente la mayoría de cosas, es complicado y difícil, pero no imposible. 

Podemos aprender a hacer poco a poco un uso responsable de las redes sociales. No podemos eliminarlas, forman parte de nuestra vida y de nuestra manera de relacionarlos, pero la terapia te ayuda y te enseña a regularlas, hacer un uso, como ya he mencionado antes, más responsable y racional, a crear hábitos más moderados, ponernos límites a nosotros mismos, y a conectar con el momento presente, nuestro entorno, y con esa vida alejada de las pantallas que hay que vivir. 

Si crees que necesitas ayuda, por favor, no dudes en contactar con nosotros:

  • Correo electrónico: claudiajimenez.psicologia@gmail.com / visesen@gmail.com
  • Teléfono: 630 659 166
  • Nuestra página web: https://mesquesalut.info/
Bibliografía

Soriano-Sánchez, J. G. (2022). Factores psicológicos y consecuencias del Síndrome Fear of Missing Out: Una Revisión Sistemática. Journal of Psychology & Education/Revista de Psicología y Educación, 17 (1).

Pérez-Elizondo, A.D. (2020). ¿Qué es el síndrome FOMO? Psicología.com, 24.