amor consumado

Acompáñame en esta pequeña historia que he preparado para hablarte sobre el amor, sus tipos y la psicología ¿vienes?

La historia de Elena y Adrián

Elena, una joven artista de mirada soñadora, paseaba por la concurrida plaza del pueblo cuando sus ojos se encontraron con los de Adrián, un músico de sonrisa cautivadora. En ese instante, una chispa inesperada encendió sus corazones, dando inicio a un viaje fascinante por los diferentes tipos de amor.

Al principio, la pasión era la fuerza que los impulsaba. La intensidad de sus miradas, la calidez de sus abrazos y la magia de sus conversaciones los envolvía en un torbellino de emociones. Sus almas parecían bailar al ritmo de una melodía irresistible, creando un universo propio donde solo ellos existían.

Con el tiempo, la intimidad comenzó a tejer un vínculo invisible entre ellos. Compartían sueños, anhelos y secretos con la confianza de quien encuentra un refugio seguro en el corazón del otro. Se convertían en compañeros de aventuras, confidentes y pilares de apoyo mutuo, descubriendo en la complicidad y la comprensión la esencia de su conexión.

Pero el amor no solo se alimenta de pasión e intimidad. El compromiso fue la decisión consciente de construir un futuro juntos, de enfrentar los desafíos de la vida como un equipo y celebrar las victorias con la alegría de compartirlas. Se embarcaron en un proyecto de vida común, donde el respeto, la comunicación y la entrega mutua se convirtieron en los pilares de su relación.

La historia de Elena y Adrián nos muestra que el amor no es un sentimiento estático, sino un viaje de transformación y crecimiento. A medida que avanzaban en su camino, los tres elementos del amor –pasión, intimidad y compromiso– se entrelazaban en una danza armoniosa, dando lugar al amor consumado: esa experiencia sublime que combina la intensidad del deseo, la profundidad de la conexión y la firmeza de la decisión de permanecer juntos.

Explora los diferentes tipos de amor desde la perspectiva científica. Descubre cómo la pasión, la intimidad, el compromiso y la compasión se combinan para crear relaciones duraderas y felices.

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Este sentimiento es una fuerza poderosa que mueve el mundo, ha intrigado a la humanidad desde tiempos inmemoriales. Poetas, artistas y filósofos han tratado de descifrar sus misterios, pero ¿qué nos dice la ciencia sobre este sentimiento tan complejo?

Los componentes del amor según la ciencia

Complejo y multifacético, ha sido objeto de estudio en diversas disciplinas, incluida la psicología. A lo largo de los años, los investigadores han intentado clasificar y entender las diferentes formas en que el amor se manifiesta en nuestras vidas. Uno de los modelos más conocidos y respaldados por la investigación es la Teoría Triangular del Amor, propuesta por el psicólogo Robert Sternberg. Según Sternberg, el amor se compone de tres elementos fundamentales: intimidad, pasión y compromiso.

  • Intimidad: Se refiere a la cercanía, el afecto y la conexión que sentimos hacia otra persona. Es esa sensación de comprensión y apoyo mutuo, de compartir secretos y disfrutar de la compañía del otro.
  • Pasión: Es el motor del deseo y la atracción sexual. Es esa chispa que enciende la llama del amor romántico, el elemento que a menudo nos lleva a decir que estamos “enamorados”.
  • Compromiso: Es la decisión de mantener una relación a largo plazo, de construir un proyecto de vida juntos y de permanecer al lado de la otra persona en las buenas y en las malas.

La combinación de estos tres componentes da lugar a diferentes tipos de amor. Por ejemplo, si solo hay intimidad, podríamos hablar de un amor amistoso. Si hay pasión y compromiso, pero falta intimidad, podríamos estar ante un amor fatuo o caprichoso. Y cuando los tres elementos están presentes, experimentamos el amor consumado, ese ideal al que muchos aspiran.

Sin embargo, el camino no siempre es fácil. Dudas, inseguridades y obstáculos pueden aparecer en el horizonte. Elena y Adrián también enfrentaron sus propios desafíos, aprendiendo a superar las dificultades a través del diálogo, la comprensión y el perdón. Porque el amor verdadero no se define por la ausencia de problemas, sino por la capacidad de afrontarlos juntos, de crecer a partir de ellos y de fortalecer el vínculo que los une.

La historia de Elena y Adrián es un reflejo de las múltiples formas en que el amor se manifiesta en nuestras vidas. Un sentimiento complejo y multifacético que nos invita a explorar sus diferentes dimensiones, a descubrir la magia de la conexión profunda y a construir relaciones sanas y duraderas.

¿Y tú? ¿En qué etapa del viaje te encuentras?

Los diferentes tipos de amor que la ciencia ha descubierto:

Apasionado: la chispa que enciende el fuego.

Imagina esa conexión instantánea, esa mirada que te atraviesa el alma, ese torbellino de emociones que te hace sentir vivo. Es el amor apasionado, caracterizado por la intensa atracción física, la emoción y el deseo. La dopamina y la norepinefrina se disparan en tu cerebro, creando una sensación de euforia y enamoramiento. Es la fase inicial de las relaciones románticas, donde todo parece posible y el mundo se pinta de color de rosa.

Compañero: el refugio seguro en la tormenta.

Más allá de la pasión, encontramos el amor compañero, ese sentimiento de profunda conexión, confianza e intimidad. Se basa en la amistad, el respeto mutuo y el compromiso. La oxitocina y la vasopresina se convierten en las hormonas que tejen un vínculo invisible entre dos personas. Es el pilar fundamental de las relaciones duraderas, donde la complicidad y el apoyo mutuo son los pilares del bienestar.

Compasivo: la bondad que nutre el alma.

El amor compasivo se manifiesta en la empatía, el cuidado y la preocupación por el bienestar del otro. Sentimos la necesidad de proteger y apoyar a esa persona especial, de aliviar sus penas y celebrar sus alegrías. El sistema límbico, la corteza prefrontal y el núcleo accumbens se activan, iluminando nuestro cerebro con la calidez de la compasión.

Consumado: la alquimia perfecta.

El amor consumado es la joya de la corona, la combinación ideal de los tres tipos de amor mencionados anteriormente. Es la pasión que se renueva, la intimidad que se profundiza, el compromiso que se fortalece y la compasión que florece. Es un amor que requiere esfuerzo, dedicación y madurez, pero que se convierte en una fuente inagotable de felicidad y plenitud.

Filial, fraternal y platónico: otras expresiones del corazón.

El amor no se limita a las parejas románticas. El amor filial, ese vínculo indestructible entre padres e hijos, se caracteriza por la protección incondicional y el cariño infinito. El amor fraternal, la conexión profunda con nuestros hermanos, nos brinda apoyo y compañía a lo largo de la vida. Y el amor platónico, un amor idealizado sin componente sexual, nos inspira y nos eleva hacia un plano superior.

Encontrar el tipo de amor adecuado para cada etapa de la vida es un proceso de aprendizaje y autodescubrimiento. No existe una fórmula mágica, pero la ciencia nos ofrece un mapa para navegar por este universo de emociones.

Recuerda: No tengas miedo de abrir tu corazón, de explorar tus emociones y de construir relaciones llenas de significado.

¡Espero que esta historia te haya inspirado y te ayude a comprender mejor los misterios del amor!

Referencias

  • Herrera López, M., Romera, E., & Ortega Ruiz, R. (2022). ¡Todo bien! El reto de mejorar las relaciones interpersonales en adolescentes escolarizados colombianos. Revista Boletín Redipe.
  • Pérez Sáez, G.A. (2021). INFLUENCIA DE LAS HABILIDADES SOCIALES Y PRÁCTICA DE VALORES EN LAS RELACIONES CONDUCTUALES INTERPERSONALES EN LOS DOCENTES DE LA I.E. “JOSÉ ABELARDO QUIÑONEZ” DEL DISTRITO DE SAN JUAN BAUTISTA, AYACUCHO – 2020. Investigación.
  • Huanca-Frías, R.E., Larico-Nina, G.K., Apaza-Justo, J.J., & Quispe-Ticona, I.L. (2021). Inteligencia emocional y su influencia en las relaciones interpersonales de los docentes en las instituciones educativas primarias públicas. Dominio de las Ciencias, 7, 761-776.
  • Fisher, H. E. (2004). Why we love: The nature and chemistry of romantic love. Henry Holt and Company.
  • Marazziti, D., & Canale, V. (2014). The neurobiology of love. Frontiers in neuroendocrinology, 35, 104-117.
  • Panksepp, J. (2011). The seven basic emotions. MIT Press.
  • Sternberg, R. J. (1986). A triangular theory of love. Psychological Review, 93(2), 119-135.
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“¿Cómo?”

Tal vez esta sea la pregunta que más resuena en nuestras cabezas cuando leemos un título como este. 

“¿Cómo pudo pasarme a mi?, “¿cómo no vi las señales?”, “¿cómo pude permitirlo?”, “¿cómo no supe pararlo?”, “¿cómo no pude salir de ahí?”, “¿cómo no me di cuenta?”… O incluso “¿cómo puede mi amigo/a permanecer ahí si no dejo de repetírselo?”, “¿no se da cuenta?”, “¿cómo no me hace caso?”, “¿cómo no lo ve?” 

Lo cierto es que, cuando vemos o sufrimos maltrato psicológico o emocional, pocas cosas dependen de nosotros: Lo que quiero decir con esto es que puede pasarle a tu amigo, a tu amiga, a un/a compañero/a de trabajo, del colegio, instituto, universidad, a un familiar, a tu vecino/a, puede pasarte a ti, y también puede pasarme a mi. 

Es un proceso paulatino. Lento. Su comienzo no es visible ni notable: Normalmente no continuamos conociendo a una persona cuya presentación ya es darnos un pellizco. 

Conocemos a una persona que nos agrada, que nos da valor, que hace que nos sintamos bien, nos hace sentirnos queridos/as, y es entonces cuando empiezan a aparecer, espaciados en el tiempo, pequeños pellizcos que te hacen daño. A lo mejor te hacen dudar de ti, perder tu autonomía, tu capacidad de decisión, te descolocan, no se comunican contigo… entre otras cosas.  

“Pero luego se disculpa, o no es para tanto, a lo mejor lo estoy exagerando y no está sucediendo de esta manera, puedo estar interpretándolo mal, también yo podría haber dicho/hecho esto de otra forma, ha tenido un detalle bonito, no es tan grave…” 

Todavía estoy en proceso de ubicar lo que pasa: no lo entiendo. Intento comprender. Empatizar. Ponerme en el lugar de la otra persona. No he tenido tiempo de gestionar nada, o de preguntarme si es esto lo que merezco y quiero, si está bien, porque ha reaccionado así como consecuencia de una determinada situación, ahora estamos bien, y tampoco se da en tantas ocasiones. 

Entonces los pellizcos empiezan a ser un poco más dolorosos, grandes, y repetidos en el tiempo. 

Ya hemos perdido la capacidad de preguntarnos qué necesitamos, porque todo ha comenzado a girar en torno a qué puede necesitar la otra persona. Cómo puedo complacerla. Hemos pasado de ir relajados/as a ir con pies de plomo. Por si acaso. 

No ves un entorno seguro en la otra persona. A menudo nos sentimos ignorados/as, menospreciados/as, invalidados/as, rechazados/as, nos despierta inseguridad, marca nuestras debilidades, existe una importante falta de comunicación y afecto, se nos juzga y critica, se nos ignora  … etcétera. Empiezo a tener miedo a este tipo de sentimientos, o mejor dicho, a que me haga sentir así.

Y lo peor de todo… es que este proceso, del que sólo he dado pinceladas, ha sucedido sin que nos hayamos dado cuenta.

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¿Qué hace que sea tan importante?

A lo largo de estos últimos años, el abuso o maltrato psicológico ha ido adquiriendo más fuerza y atención y, por ende, ha comenzado a identificarse como un tipo de violencia diferenciada y concreta por varias razones que os expongo a continuación (Almendros, Gámez-Guadix, Carrobles, Rodríguez-Carballeira y Porrúa, 2009).

La primera es que el abuso psicológico se ha convertido en un importante predictor de la violencia física, ya que se comprobó que en pocas ocasiones el segundo se da sin la presencia del primero, lo que podría ayudar enormemente a proponer estrategias de identificación y prevención (Almendros, Gámez-Guadix, Carrobles, Rodríguez-Carballeira y Porrúa, 2009).

En segundo lugar, diversos estudios evidenciaron que el impacto en el bienestar y la salud mental de la víctima es equiparable al provocado por el abuso físico (O’Leary, 1999).

Por otra parte, las investigaciones sugieren que el maltrato psicológico es más persistente en el tiempo que otras formas de abuso (Almendros, Gámez-Guadix, Carrobles, Rodríguez-Carballeira y Porrúa, 2009).

Aunque también sería importante tener variables en cuenta como la intensidad o la gravedad, la frecuencia con que se da y la cronicidad a esa exposición (Borjesson, Aarons y Dunn, 2003).

Y, por último, se ha visto que este tipo de maltrato podría ejercer una gran influencia en la percepción que tiene la víctima sobre la relación (culpabilidad, hace las cosas mal, no encontrará nadie mejor…), influyendo de esta manera en la decisión que conlleva abandonar o no la situación abusiva (Almendros, Gámez-Guadix, Carrobles, Rodríguez-Carballeira y Porrúa, 2009).

De hecho, se ha relacionado positivamente este maltrato con el desarrollo de dependencia emocional (Martín y de la Villa Moral, 2019).

Pero, ¿qué es exactamente el maltrato psicológico?

Aunque no hay una revisión clara y concisa por la cantidad de diferentes conductas y emociones que engloban este fenómeno, hay una serie de elementos que se repiten a menudo en la mayoría de investigaciones y que son los más recurrentes: insultos, amenazas, celos, aislamiento, chantaje, actos simbólicos o literales de violencia, conductas de dominación, rechazo, y humillación (Almendros, Gámez-Guadix, Carrobles, Rodríguez-Carballeira y Porrúa, 2009).

Teniendo en cuenta esto, podríamos definir el maltrato psicológico como: “una serie de acciones con intencionalidad, verbal o simbólica, a través de las cuales se pretende generar un daño psicológico y emocional en la otra persona” (Sauceda y Maldonado, 2016).

Que además puede provocar afectaciones en su desarrollo normal ya que las constantes invalidaciones hacia el ser humano víctima de ello van a generar dificultades en el establecimiento de relaciones interpersonales y desempeño adecuado en sus otras áreas de vida. Es común que el maltrato psicológico venga acompañado también de otros componentes de abuso, como físico o sexual, pero esto no es indispensable, ya que puede presentarse de manera independiente (García, Irurtia, Caballo y del Mar Díaz, 2011). 

Si bien es cierto que el maltrato psicológico ha sido más estudiado en situaciones o poblaciones concretas yo, como habéis podido comprobar, en este relato no he especificado géneros. Tampoco rango de edad o población. Y el motivo es que, como bien he recalcado al principio, puede pasarnos a todos sin que seamos conscientes de lo que está sucediendo. Ya sea en relaciones románticas, de amistad, o familiar.

Las consecuencias de sufrir o haber sufrido maltrato psicológico pueden ser muy perjudiciales. Si crees que te puede estar pasando, te ha pasado, o una persona de tu alrededor puede estar atravesando una situación de este tipo, no dudes en pedir ayuda

Bibliografía

Almendros, C., Gámez-Guadix, M., Carrobles, J. A., Rodríguez-Carballeira, Á., & Porrúa, C. (2009). Abuso psicológico en la pareja: aportaciones recientes, concepto y medición. Psicología Conductual, 17(3), 433-451.

Borjesson, W. I., Aarons, G. A. y Dunn, M. E. (2003). Development and confirmatory factor analysis of the Abuse Within Intimate Relationship Scale. Journal of Interpersonal Violence, 18, 295-309.

García, L., Irurtia, M., Caballo, V y del Mar Díaz (2011). Ansiedad social y abuso psicológico. Psicología conductual, 19(1), 223.

Martín, B., y de la Villa Moral, M. (2019). Relación entre dependencia emocional y maltrato psicológico en forma de victimización y agresión en jóvenes. Revista iberoamericana de psicología y salud, 10(2).

O’Leary, K. D. (1999). Psychological abuse: a variable deserving critical attention in domestic violence. Violence & Victims, 14, 3-23.

Sauceda, y Maldonado. (2016). El abuso psicológico al niño en la familia. Revista de la Facultad de Medicina (México), 59(5), 15-25. ç

TEPT

Gracias a varios estudios científicos se ha podido destapar la existencia del Trastorno de estrés postraumático, un trastorno generado por una situación traumatizante, provocando importantes consecuencias en la persona que lo sufre.

El estrés postraumático puede generar un gran impacto en la calidad de vida, llegando incluso a impedir el desarrollo normal de diferentes actividades debido a las alteraciones que tiene a nivel cognitivo, social y emocional. En este articulo describiremos que es el TEPT, y cómo lo evaluamos en la psicología jurídica.

¿Cómo definimos el trastorno de estrés postraumático?

El trastorno de estrés postraumático (TEPT) se relaciona con un evento que involucra la presencia de una amenaza a la propia vida o a la de otra persona. También se puede desarrollar ante una situación de violación de la integridad física o moral tanto propia como de terceros. Entre las principales causas se puede incluir el asalto y el abuso sexual o físico. 

Hay algunos factores que predisponen a la persona que sufra TEPT, entre ellos factores ambientales, la vulnerabilidad de la persona y el nivel sociocultural en el que vive. La unión de estos factores en combinación con un evento traumático puede dar paso a dicho trastorno. 

Por otro lado, se ha encontrado que este cuadro puede implicar cambios que se relacionan con la respuesta del cuerpo ante el estrés. Esto se debe a la modificación del sistema de regulación emocional del cerebro, asociada especialmente a la sensibilidad extrema al peligro y al aumento de la autoprotección con el fin de lograr la supervivencia.

¿Hay alguna población en concreto que sea más propensa a sufrir TEPT?

Dentro de la epidemiología se encuentra que, en la actualidad, alrededor del 3,5% de la población general sufre de un TEPT. Este porcentaje aumenta en poblaciones que presentan una mayor exposición a algún tipo de evento traumático:

  • Soldados de la guerra
  • Más común en hombres que en mujeres
  • En mujeres prevalecen las situaciones de abuso sexual o durante la infancia
tpt
Trastorno Estrés Postraumático

¿Qué síntomas puede presentar una persona que sufre TEPT?

 Después de haber estado expuesto a una amenaza o una experiencia grave directa o en el que haya participado como observador directo, o una exposición constante y extrema de sucesos traumáticos nos podemos encontrar con la presencia de uno o más síntomas que siempre deben ser asociados al suceso traumático, por ejemplo:

  • Recuerdos angustiosos
  • Sueños angustiosos y frecuentes en el que aparece el hecho traumático o contenido relacionado
  • Reacciones disociativas
  • Malestar psicológico
  • Reacciones fisiológicas

En conclusión, es importante entender que el TEPT genera importantes dificultades en la vida diaria de quien lo padece. El hecho de sufrir trauma grave, hace que la persona se sienta insegura y pierda la confianza  para hacer cualquier actividad.  Por lo tanto, es importante realizar una evaluación cuidadosa de la persona a la hora de relacionar síntomas con el suceso. 

¿Cómo evalúa un Psicólogo Jurídico el TEPT en una persona?

Se realizan varias entrevistas con la persona afectada para determinar si hay causalidad entre el malestar psicológico de la persona y el suceso traumático, además de aplicar los cuestionarios adecuados que estén enfocados en detectar sintomatología de TEPT como son por ejemplo:

  •  El cuestionario de Impacto del Trauma (CIT), es una prueba de referencia para la evaluación integral del trastorno de estrés postraumático y la sintomatología asociada en el contexto.
  • El EGEP-5, un cuestionario con el que se puede hacer una evaluación global del estrés postraumático en víctimas adultas. 

Una vez se hayan respondido los cuestionarios correspondientes y realizado las entrevistas necesarias se reúne toda la información y se procede a redactar el informe pericial psicológico con sus debidas conclusiones y consideraciones.

Responsabilidad y salud

Comentamos mis compañeros @nicoharos, @entrenaconfranalvarez y servidor cómo podemos seguir centrándonos con responsabilidad en la salud y como ésta nunca es un mal motivo para mantener hábitos saludables.en este vídeo de SLDM cómo en tiempos de fiestas (pasadas navidades)

¡Qué lo disfrutéis!

DONDE PODEMOS ENCONTRARTE

Podemos encontrarte a Vicente Seguí y a Nico Haros en la calle Marqués de Campo 18 2ºB. Teléfono: 630659166 y en @visepsicología

fatiga por compasión

La fatiga por compasión es un término que comenzó a ser usado en la década de los 90, después de que el psicólogo Charles Figley observara una serie de síntomas que se daban en común entre los profesionales de salud. Algunos de éstos eran: miedo, culpa por no poder ayudar o salvar a los pacientes, ansiedad, estrés, desesperanza, desinterés, falta de atención o anhedonia. Además, también se daban síntomas somáticos como agotamiento, falta de energía, insomnio o dolor.

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coronavirus confinamiento en casa

El brote de coronavirus ha sido declarado ya pandemia. Y con ello, el gobierno de España ha declarado el estado de alerta, lo que conlleva -entre otras- las recomendaciones e obligaciones de permanecer en casa. Esta nueva condición es algo que a nivel psicológico puede llevar a síntomas desagradables. En el presente post, desde Vicente Seguí – Psicología queremos aportar nuestro granito de arena para ayudar a sobrellevar esta situación con algunas claves psicológicas y conductuales, así como diferentes recursos (procedentes de fuentes oficiales que pueden ser consultados a través de los enlaces insertados en el texto) que pueden ayudarte a sobrellevar este confinamiento temporal.

Antes de empezar con las pautas, es importante transmitir información desde fuentes oficiales sobre cómo se transmite el coronavirus y donde podemos acudir en caso de duda.

¿Cómo se transmite el coronavirus?

La transmisión se produce por contacto estrecho con las secreciones respiratorias que se generan con la tos o estornudo de las personas enfermas.

Estas secreciones pueden infectar a otra persona si entrasen en contacto con su nariz, ojos y/o boca.

Es poco probable la transmisión por el aire a distancias superiores a uno o dos metros.

¿Dónde informarnos?

Ante cualquier duda, el gobierno ha puesto a nuestra disposición un teléfono gratuito: 900 300 555.

Si has viajado a poblaciones de riesgo últimamente: China, Corea del Sur, Irán, Japón, Singapur o Norte de Italia deberías llamar de inmediato.

Si notamos síntomas: quedarnos en casa, evitar contacto con otras personas y llamar al 900 300 555

Recomendaciones a nivel general:

  • Acudir SIEMPRE a fuentes oficiales
  • Lavarse frecuentemente las manos
  • Al toser o estornudar, cubrirse la boca, nariz con el codo flexionado
  • Evitar tocarse la nariz u ojos, ya que las manos facilitan la transmisión
  • Usar pañuelos desechables siempre que se disponga de ellos
  • Si se presentan síntomas respiratorios, evitar el contacto con otras personas

recomendaciones coronavirus
Recomendaciones oficiales sobre el coronavirus.

¿Qué efectos psicológicos puede tener el confinamiento?

  • Limitación significativa de las actividades vitales.
  • Generación de estrés por confinamiento.
  • Aumento del aburrimiento.
  • Sensación de claustrofobia.
  • Malestar psicológico general.

¿Cómo combatirlo?

A continuación, unas cuantas pautas cognitivo/conductuales. Se trata básicamente de llevar un estilo de vida lo más similar posible al que tendríamos en circunstancias normales, limitado claro está por los condicionantes actuales. De hecho, podemos incluso recuperar viejas costumbres y aprovechar para hacer cosas que hace mucho no teníamos tiempo para dedicarnos a ellas.

A nivel psicológico individual:

  • Aceptación de lo que está sucediendo. Date tiempo para elaborar y digerir la gravedad de lo que está sucediendo, necesitamos a veces un período para poder adaptarnos a la nueva situación, hazlo sin urgencias.
  • Hablar con amigos y seres queridos.
  • Tener en cuenta el autocuidado: higiene personal, vestimenta…
  • Realizar actividades de relajación
    1. Ejercicios de visualización o imaginación de imágenes agradables.
    2. Simplemente, podemos sentarnos a mirar por la ventana siendo conscientes y observando detalles.
  • Recordar que son medidas temporales.
  • Hacer un planning horario y de distribución de tareas a lo largo de los días.
  • Alternar ocio con actividades. Nos ayudará a llevar el día a día.

Uso de información para evitar la paranoia y/o el pánico:

  • Acudir SOLO a canales oficiales: web ministerio, telediarios oficiales.
  • Evitar la sobreinformación (no consumir informativos ni otro tipo de programas de manera indiscriminada).
  • Planificación de comidas/compras para un uso racional de los recursos.

Uso de nuevas tecnologías:

  • Jugar a videojuegos de manera limitada y controlada.
  • Limitar y controlar el tiempo de uso de redes sociales. Tener un horario de consumo de redes sociales (son grandes transmisoras del contagio emocional), evitar el hashtag #coronavirus #covid-19
  • Restringir temporalmente el acceso a perfiles de profesionales sanitarios (ej. Psicólogos). Elegir uno y restringir el consumo de otros de manera temporal, a fin de minimizar la “obsesión por información”.
  • Utilizar los programas de videollamadas o llamadas de voz. Debido al estado de alerta, se ha reducido el contacto humano, en la medida de lo posible utilizar los medios que más nos acerquen a él. Llamadas de voz y/o videoconferencia, tanto en pareja como en grupo son una buena alternativa.

colegiado psicología

Respecto a los niños:

  • Explicarles con naturalidad la naturaleza de los hechos, sin dramatizar pero sin minimizar. Desde el colegio oficial de psicólogos de Madrid, se ha creado un cuento para ayudar a los padres a explicar a los más pequeños qué está sucediendo.
  • Explicarles los síntomas.
  • Recordarles cuáles son las medidas de protección.
  • Aprovechar para compartir tiempo con los más pequeños de la casa, tan necesario y tan poco disponible en el día a día, atendiéndoles y disfrutando de su compañía.
  • Realizar un horario de actividades implicándoles, lo más parecido a la vida normal, pero en casa (hacer deberes, repasar, almuerzo, descanso, ocio, ducha, preparar las comidas, juegos de mesa).

que le digo a los niños del coronavirus

¿Qué otras cosas podemos tener en cuenta?

A pesar de las recomendaciones anteriores, también hay otras actividades que podemos realizar:

  • Búsqueda de actividades gratificantes:
    • Lectura de libros pendientes
    • Visionado de series o películas (pendientes o deseadas)
    • Jugar a juegos de mesa/puzles
    • Realizar actividades pendientes en el hogar
    • Tomar el sol (si se dispone de terraza)
    • Pasear mascotas
  • Realizar ejercicio físico:
    • Es el momento de probar todos esos videotutoriales de ejercicio
    • Videojuegos de fitness
    • Hablar con tu entrenador personal y seguir sus recomendaciones
  • Cocinar:
    • Muy importante mantener un estilo de alimentación saludable
    • Aprovechar para cocinar postres o platos
  • Hogar:
    • Reordenar el hogar
    • Limpieza a fondo

Desde Vicente Seguí – Psicología esperamos que las anteriores recomendaciones te sean de ayuda y que el paso de esta pandemia deje las menores consecuencias y secuelas posibles tanto en ti como en tus seres queridos.

ansiedad social ii vicente segui psicologo

En el anterior post estuvimos hablando acerca de la ansiedad social como patología. Sin embargo, es frecuente que se confunda -y asocie- esta patología psicológica con los conceptos de timidez e introversión, por lo que vamos a intentar clarificar cuáles son las diferencias entre estos tres conceptos: ansiedad social, introversión y timidez.

Hoy en día se nos hace creer que lo correcto es la extraversión.

Un ejemplo sería el hecho de que ir a una fiesta con música alta y rodeado de personas está mejor visto que quedarse en casa leyendo un libro. Esta segunda situación suele ir asociada a un individuo tímido, antisocial e incluso “bicho raro”. En cambio, la persona que disfruta el hecho de estar de fiesta y rodeada de más gente se relaciona más fácilmente con el éxito, tener más amigos (popularidad), ser más comunicativa y también más persuasiva.

Y lo cierto es que estas creencias -sociales e individuales- pueden generar una carga añadida a las personas con características más introvertidas, haciéndoles creer que sus conductas reservadas no son lo correcto y provocando que sientan la necesidad de forzarse a ser alguien que realmente no son.

¿Qué es la introversión?

La introversión es un rasgo de personalidad que incluye la tendencia a orientarse hacia el interior.  No se trata de un problema ni una patología. Las personas introvertidas pueden parecer distantes, son menos propensas a buscar nuevas experiencias y tienden a tener restringida su expresión emocional, lo que hace que parezcan deprimidas o infelices.

Los introvertidos no suelen disfrutar en compañía de grupos grandes y prefieren pasar tiempo solos o en grupos pequeños.

Debemos tener claro que la introversión no es un problema ni una patología.

Frecuentemente los introvertidos tienen buenas habilidades de escucha y suelen tener cuidado para procesar y producir mensajes, por lo que pueden ser excelentes comunicadores.

Rasgos de personalidad: introversión vs extraversión

Carl  Jung  fue  el  primer  autor  en  trabajar  con  los  conceptos  introversión  y  extraversión.  Jung habla de dos tipos de actitudes que definen a la persona:  aquella cuyos intereses están enfocados hacia afuera y la esfera de lo social, y aquellos orientados hacia el ámbito de lo privado.

Según Jung, la principal diferencia entre un extrovertido y un introvertido es su manera de “cargar las pilas” o en otras palabras, de conseguir la estimulación que necesitan para sentirse bien. Es decir, por un lado, el extravertido se “carga” en ambientes sociales mientras que, por otro, la persona introvertida genera su propia energía con estimulación interna, con lo cual ambientes muy enérgicos le saturan y le acaban agotando. Una persona introvertida puede estar cómoda hablando en público y más si está tratando un tema que cree que domina.

La persona extrovertida tiende a buscar situaciones en las que haya mucha gente, música alta, o sensaciones extremas. No será raro encontrar a esta gente como el centro de atención de un grupo, rodeado de amigos o encima de un escenario.

Por otro lado, otro influyente autor, Eysenck hablaba  sobre  la  personalidad  fijándose  especialmente  en  las  bases  biológicas  y  genéticas; plantea la relación introversión-extraversión como una dimensión del temperamento  presente en todas las personas y que está definida desde la fisiología por niveles de excitación  e inhibición. Según su teoría, el introvertido vive en un permanente estado de excitación o “nerviosismo”, y por eso los estímulos que experimenta dejan una mayor huella psicológica en él, mientras que las personas extrovertidas tienen “asignado” un estado de relativa inhibición crónica de la actividad cerebral, y su reacción ante los estímulos es menor.

Aunque la timidez y la introversión puedan parecer lo mismo, la timidez hace referencia más bien a un estado de ánimo que puede ser explicado como una conducta aprendida al estimar que la relación con los demás puede tener consecuencias negativas, mientras que la introversión es una disposición biológica que va mucho más allá de nuestras relaciones con los demás.  A pesar de esto, aún es motivo de investigación si los patrones de excitación cerebral se deben sólo a la carga genética.

Una persona introvertida puede estar cómoda hablando en público y más si está tratando un  tema que cree que domina.

Ventajas de la introversión

Sin embargo, no todo son complicaciones ni desventajas, como hemos ido viendo, ser una persona introvertida va asociado a una serie de características que pueden resultar muy ventajosas y adaptativas para la persona. A saber:

  • Buenas habilidades comunicativas.
  • Buenas habilidades de escucha.
  • Buena capacidad imaginativa.
  • Gran capacidad para la introspección.
  • Temperamento tranquilo y reflexivo.

¿Qué hay de la timidez?

La timidez no se considera un trastorno patológico (aunque comparte rasgos con la fobia social).

Es necesario, por lo tanto, ser capaces de diferenciar lo patológico de lo normativo. La principal diferencia con la ansiedad social es que la persona que únicamente es tímida sí que es capaz de exponerse a situaciones sociales (aunque esto le resulte incómodo) sin necesidad de recurrir al alcohol o las drogas, es decir, con sus propios recursos. En otras palabras, son capaces de enfrentarse a sus sentimientos de malestar durante el proceso.

Otra diferencia a tener en cuenta es la generalización de los síntomas que puede ocurrir cuando hablamos de ansiedad social.

Una persona tímida podrá disfrutar de ciertos tipos de relaciones sociales, mientras que una persona que sufra de fobia social sentirá malestar en casi todas aquellas situaciones en las que esté expuesta a la crítica de otros.

El DSM-V define la timidez normal como “La timidez (esto es, la reticencia social) es un rasgo de la personalidad común y no es patológico en sí mismo. En algunas sociedades, la timidez incluso se evalúa de forma positiva”.

También podemos encontrarnos con muchas personas extravertidas que sean a la vez tímidas, por lo que tampoco podemos identificar la introversión con este patrón de comportamiento.

Una persona tímida podrá disfrutar de ciertos tipos de relaciones sociales, mientras que una persona que sufra de fobia social sentirá malestar en casi todas aquellas situaciones en las que está expuesta a la crítica de otros.

Post escrito en colaboración con los estudiantes de prácticas María Pous Montoya y Jordi Araque Cantó

¿Hablamos?